Quién ganó y quién perdió en las “Narco Protestas” en México

Calderón y los militares son héroes; los organizadores sociales y los pobres son satanizados


Kristin Bricker
Narco News
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El 9 de febrero de 2009, varios cientos de jóvenes con rostros cubiertos bloquearon importantes carreteras en Monterrey, Nuevo León, en una serie de acciones altamente coordinadas, paralizando la ciudad de 1,1 millones de habitantes. Los manifestantes volvieron casi cada día durante más de una semana, con acciones supuestamente coordinadas por jóvenes con teléfonos celulares Nextel. Cada vez que los manifestantes volvieron a bloquear las arterias, los acompañaban más mujeres con niños pequeños en sus brazos.

Al principio, los motivos de los manifestantes no eran evidentes. Luego hicieron saber que protestaban contra el uso de los militares en la guerra contra la droga. Específicamente, demandaban la retirada del Ejército de funciones de policía civil y la renuncia del comandante de la 7ª Zona Militar, Cuauhtémoc Antúnez Pérez.

Dentro de días de la primera protesta, los militares mexicanos - que fueron desplegados a Nuevo León por el presidente Felipe Calderón en febrero de 2007 para combatir el crimen organizado - arrestaron a seis presuntos miembros de los Zetas, la organización fundada por desertores del Ejército mexicano que trabajan para organizaciones de narcotráfico. El gobierno acusa a los seis de dirigir las manifestaciones que crearon caos en Monterrey. Entre los arrestados está Juan Antonio Beltrán Cruz. Los militares dicen que encontraron armas de fuego ilegales y 71 mochilas repletas de útiles escolares en su camioneta. Beltrán Cruz iba supuestamente a vecindarios pobres a fin de seducir a padres y jóvenes para que participaran en las protestas.

Algunos manifestantes también admitieron ante el gobierno y los medios que se les pagaba por participar - entre 200 y 1.000 pesos (entre 13 y 70 dólares), que las mujeres recibían más dinero, y las mujeres con niños pequeños en los brazos recibían el máximo.

El 17 de febrero, el día de las protestas más intensas en Monterrey, bloqueos de protesta contra el Ejército ocurrieron en Reynosa y Matamoros en el Estado de Tamaulipas; varias ciudades en Veracruz; y Ciudad Juárez, Chihuahua.

El 18 de febrero, los militares comenzaron a patrullar las calles de Monterrey. Los manifestantes desaparecieron.

El 19 de febrero, el presidente Felipe Calderón hizo un discurso conmemorando el Día del Ejército Mexicano en la base de la 7ª Zona Militar en Monterrey. En su discurso, calificó de “cobardes” a los cárteles de la droga por pagar a mujeres, niños y personas mayores para que manifestaran, y declaró que el Ejército no volvería a sus cuarteles hasta que la policía civil tenga la capacidad de continuar la lucha.

No son manifestaciones normales

Narco News habló con una partidaria de la Otra Campaña de los zapatistas en Ciudad Juárez sobre las manifestaciones del 17 de febrero que cerraron tres puentes internacionales en esa ciudad. Ella participa activamente en múltiples redes de organización en toda la ciudad y dice que conoce a la mayoría de las organizaciones sociales y sabe de protestas antes de que ocurran. Desea mantener el anonimato por su propia seguridad. Dice a Narco News que dos de los tres bloqueos fueron publicitados antes de que ocurrieran y que organizaciones conocidas - taxistas y familias de personas desaparecidas - participaron en ellas. Su enfoque particular en el Ejército fue nuevo - los taxistas generalmente protestan contra las políticas contra el Secretario de Transporte Público respecto a placas para taxis, la falta de paradas para taxis, y otros temas relacionados con su trabajo. De la misma manera, las familias de los desaparecidos generalmente protestan contra la violencia, la inseguridad, y la militarización, pero nunca se concentran sólo en el Ejército.


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extraidode cinoticias

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