14-07-2009
Gorka Larrabeiti
Rebelión
En este vídeo de la BBC se ve la policía antidisturbios griega arrasando con excavadoras el campo de refugiados afganos de Patras. Luego, un incendio. El campo existía desde hacía trece años, pero generaba tensión en Grecia ya que los turistas italianos que arribaban al puerto de Patras se topaban con la cruda realidad de los habitantes del campo. Según la crónica de Malcolm Brabant (BBC), hace meses se alojaban en el lugar 1.800 personas, la mayoría provenientes de Afganistán, muchos de ellos menores de edad. El número decreció hasta 10 debido a detenciones masivas y a que las autoridades del puerto dificultaron mucho el poder embarcarse en ferris hacia Italia.
Funcionarios de Cruz Roja describieron la operación de desalojo y derrumbe en que participaron 100 efectivos de la policía antidisturbios griega como “aterradora”. La vuelta de tuerca que se ha producido en materia de inmigración en Grecia se debe al éxito del partido de ultraderecha nacionalista LAOS.
Una de las consecuencias dramáticas de este suceso es que se perderá probablemente la pista de 35 prófugos afganos y sudaneses cuyas solicitudes de asilo había aceptado el Tribunal Europeo de Derechos humanos. Fortress Europe visitó el campo en mayo de 2008. Estas son las fotos de cómo era el campo antes.
Médicos sin fronteras ha expresado profunda preocupación por las condiciones humanitarias de los migrantes y los solicitantes de asilo, que ahora se quedan sin techo, así como por la situación de los detenidos. MSF trabajaba en el campo desde mayo de 2008 ofreciendo asistencia médica de base (8.500 consultas, 350 pacientes ingresados por infecciones respiratorias y patologías dérmicas) y apoyo psicológico (más de 400 personas atendidas).
En 2007 se recibieron en Grecia 25.000 solicitudes de asilo, pero sólo a 150 personas se lo concedieron. Grecia incumple la Convención de Dublín que impone al solicitante de asilo presentar su solicitud en el primer país europeo que pisa. En Grecia, el porcentaje de solicitudes admitidas es cincuenta veces menor que el de Italia o Suecia.
En el reportaje que Gabriele del Grande hizo para Fortress Europe en mayo de 2008 se recoge el testimonio de uno de los habitantes afganos del campo ahora arrasado: “Nuestra generación nació en la guerra, creció en la guerra, y huyó de la guerra. Desde que nací no he visto más que destrucción, muerte, secuestros. Hemos perdido a nuestros seres queridos. Hemos perdido nuestros derechos. Pero nadie nos reconoce protección alguna. ¿Cuántas guerras hacen falta? ¿Cuántos muertos se necesitan para que a uno lo reconozcan como refugiado político?”.
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