20.000 personas respaldan en Bilbo al movimiento juvenil


A las pocas horas de producirse la operación policial contra la juventud independentista vasca, el Ministerio del Interior salió a pregonar que habían «descabezado» al sector más dinámico y comprometido de esta sociedad. Sin embargo, a Rubalcaba ayer le salieron en Bilbo más de veinte mil nuevas cabezas que cortar. El mensaje de los jóvenes a políticos, jueces y policías españoles fue muy claro: «Ez gaituzue geldituko».

Iker BIZKARGUENAGA | BILBO

GARA

«Proiektu guztiak, eskubide guztiak». Con este lema salieron ayer a la calle miles y miles de personas en respuesta a la macrorredada contra la juventud vasca dirigida el martes por el juez Grande-Marlaska. Siendo muy grande, la movilización no fue tan masiva como la de octubre en Donostia, pero la fuerza que transmitieron quienes se citaron en Bilbo hacía mucho tiempo que no se veía en Euskal Herria. Fue realmente una demostración de fortaleza por parte de una juventud que advirtió a quienes insisten en ponerle en la diana que pinchan en hueso, que no van a poder con ella.

En la hora larga que tardó la marcha en llegar desde la plaza Aita Donostia hasta el Ayuntamiento, los gritos y aplausos no cesaron ni un minuto entre los manifestantes, que estuvieron encabezados por cientos de jóvenes que avanzaban sin pancarta -ésta iba varios metros por detrás-, y abrían camino sólo con sus voces.

Detrás suyo más de veinte mil jóvenes llegados desde todos los puntos de Euskal Herria. Jóvenes de 17, 19 o 25 años, pero también muchos de 42, 54 o 67. «Más que nunca, ahora es el momento de avanzar unidos. Porque si estamos unidos no nos van a poder parar, porque juntos somos imparables». Estas palabras pusieron el boche a la intervención que hicieron dos jóvenes desde el consistorio bilbaino, y la movilización de ayer tuvo también mucho de eso, de muestra de unidad, de arrope a una juventud que ha sido golpeada pero sobre la que se debe construir el futuro de este pueblo. Porque, como apuntaron dos familiares que también tomaron la palabra tras la marcha, «¿cuál es el futuro de un pueblo a cuya juventud se le niegan los derechos más básicos?».

«Nos llenan de orgullo»

Estas dos familiares trasladaron esa reflexión a los agentes políticos y sociales de Euskal Herria después de agradecer los numerosos apoyos recibidos tras la operación policial y tras recordar que sus familiares, que sus hijos e hijas, «no son delincuentes, no son ladrones; son estudiantes, trabajadores, soñadores, generosos y luchadores». Y por eso, dejaron claro que «les queremos y nos llenan de orgullo», porque «trabajan por lo que quieren y expresan sus pensamientos». «La independencia es para ellos, más allá de un sueño, una manera de pensar y actuar» explicaron, y subrayaron también que «es por ese motivo, y no otro, por el que les han detenido». En ese momento los gritos de «Independentzia!» arreciaron abajo.

Las familiares denunciaron que después de que la Policía española y la Guardia Civil se llevaran a sus seres queridos, estos han sido incomunicados. Y apuntaron que «en este pueblo conocemo muy bien qué es la incomunicación» porque son muchos los que la han padecido anteriormente a pesar de que organismos internacionales como la ONU insisten en reclamar su derogación. Acabaron la intervención haciendo llegar su cariño a los jóvenes que han sido detenidos y encarcelados y un abrazo a toda la juventud independentista.

Comprometidos y organizados

Tras la intervención de dos bertsolaris, decenas de representantes del movimiento juvenil subieron a la balconada del Ayuntamiento, y dos de ellos se dirigieron a los presentes para explicar que responderán a esta operación, «que no ha sido la primera y seguramente tampoco será la última», trabajando y construyendo, «más que nunca». Como se está haciendo estos días en los encuentros del movimiento juvenil en Zestoa, a los que animaron a sistir.

Denunciaron que los detenidos son jóvenes «comprometidos con Euskal Herria, organizados en favor de este pueblo». Para ellos, y para quienes han eludido la redada, tuvieron un emocionado recuerdo. Y avisaron a sus agresores: «tenéis enfrente a todo un pueblo».

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