Para los compañer@s maestr@s con cariño

GUÍA DE LIBERTAD


Por Alejandro Alcocer Herrera.

Entre gritos, sonrisas, cuadernos y crayones

apareciste al final de cada verano.

ahí empezamos, abogados, carpinteros y doctores,

en el aula donde vimos tus mejores años.

Sólo esperaba de ti, bondad y paciencia,

no quería tareas, ni clases que causaran ansiedad.

sin embargo, me diste más que letras y ciencia,

me enseñaste a amar la libertad.

A Villa y Zapata pusiste en mi piel,

con entusiasmo casi infantil,

me hiciste desear seguirles,

en su lucha por el País.

Entre sumas, quebrados y esas cosas

aprendí a odiar a Somoza;

con sujeto, predicado y verbo,

me enseñaste a amar a mi pueblo.

Dictando operaciones y efectuando restas,

poco a poco nos llenabas de inspiración

llevándonos a todos a la Sierra Maestra

donde se forjó una nueva nación.

Fuiste madre y padre de todos nosotros

diste clases, consejos y sobre todo ejemplos

nos mostraste que lo que vale no es el oro

al darnos las letras, tu cariño y tu tiempo

Por esos libros, al principio temidos.

aprendí a encarar el tiempo presente,

y fuera de sus páginas fue que sentimos

la dura pelea de Salvador Allende.

En ese afán de hacernos crecer

entre acentos, gises y números nones,

me convenciste que se podía vencer,

a cualquier tirano sin requerir cañones.

Un recuerdo te humedecía los ojos,

lo recuerdo bien, no hubo simulaciones

lo hacías cada vez, al recordar Tlatelolco,

donde perdiste muchos amores.

Te vi llorar demasiadas veces,

y nunca expusiste razón alguna

tarde supe lo que el maestro quiere.

sacar salvo, al niño de la cuna.

Entre la recta numérica

y las reglas de puntuación,

me enseñaste lo que es justicia,

me educaste en la Revolución.

Tus enseñanzas, algunas no uso, confieso,

como raíces, y clases de pronombres,

pero fue por ti, y por tu gran esfuerzo,

que me he convertido en hombre.

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