“El aire esta espeso y el agua marrón, las plantas ya no crecen la tierra se empobreció, ahora un puente nuevo, luego una autopista, un tren que corra mucho hay quien tiene mucha prisa, un tendido eléctrico y un pantano nuevo, todo es dinero ¡qué bien!, todo está muerto ¡qué mal!” Skaparapid.
Ciudad de México. 29 de julio 2010. La supervía poniente, una de los proyectos más ambiciosos de la actual administración de Marcelo Ebrard, jefe del Gobierno del Distrito Federal (GDF) es un autentico ecocidio.
Este megaproyecto vial forma parte del proyecto integral “autopista urbana”, descrito en el sitio web del propio gobierno, se presenta como un sistema conjunto de vialidades interconectadas que contemplan las localidades de Querétaro, Toluca y Cuernavaca, para lo cual se necesitaran vialidades elevadas en anillo periférico norte y sur, así como un sistema vial de puentes, túneles y distribuidores en el sur poniente de la ciudad; este último llamado la supervía poniente; la justificación gubernamental es que se busca “construir una ciudad mejor comunicada con vialidades y transporte público moderno, ordenado, económico, y seguro en beneficio de las presentes y futuras generaciones”. Sin embrago los vecinos afectados por la construcción señalan lo contrario.
Para la construcción de la supervía el GDF ha comprado predios a precios irrisorios, los que se niegan a vender son amenazados y hostigados en su domicilio y los que vendieron fueron contratados por el propio gobierno capitalino para que derrumbaran sus propias casas.
Un aspecto importante de la supervía es que tendrá un costo como mínimo de 28 pesos, lo cual la hace inadmisible para el conglomerado de la localidad, según estudios del mismo gobierno la afluencia de vehículos crecerá de 8,000 a 65,000 vehículos por día; sin embrago al no contar con la respectiva cuota muchos automovilistas buscaran salidas por las calles aledañas, propiciando un mayor caos vial del que se piensa combatir.
Debido a la filtración que existe en los mantos acuíferos, la zona nutre con casi el 70% de agua a la ciudad, lo que coloca a la Magdalena Contreras como la delegación con mayor cantidad de agua, la construcción del proyecto romperá con el modo y medio de vida no solo de los habitantes, sino también exterminara paulatinamente muchas especies silvestres que se encuentran ahí, una vez que se rompa la montaña para que pasen los túneles.
El sábado 24 de julio entro la maquinaria del GDF e inicio la demolición de predios expropiados, los derrumbes eran tan fuertes que los vecinos salieron de sus hogares con el miedo que produce el sonido de los vidrios al romperse y las vibraciones en sus casas que dejaban las demoliciones, el miedo se convirtió en rabia y la rabia en organización; lo que dio como resultado el plantón permanente que el pasado lunes se instalo dejando suspendidos los trabajos con la maquinaria. Ante esto surgió nuevamente el autoritarismo del jefe de gobierno quien señalo que el proyecto ya estaba, que no se iba a suspender y que entendieran que era para un beneficio común, sin embargo “el plantón no se levantara hasta la cancelación definitiva del megaproyecto que ha trastocado de manera significativa nuestras vidas” señalaron los afectados.
Esto es solo el principio, comentan los vecinos, “una vez que entre la supervía, entraran todos los proyectos inmobiliarios para la gente rica que dejaran ganancias al GDF y a las empresas constructoras, mientras nosotros somos expulsados de nuestras tierras”; casi 300 familias han salido de sus predios y se esperan mas de 400 expropiaciones en los próximos meses.
Los afectados se han organizado en el Frente Amplio Opositor, agrupación vecinal cuyo objetivo es claro, detener el proyecto de la supervía, con diferentes modos y medios buscan hacerle frente al terrible ecocidio encabezado por Marcelo Ebrard, “ningún gobierno tiene derecho a decidir el futuro de los niños” comentan. La empresa constructora es Obrascon Huarte Lain (competencia directa con grupo Carso), la misma que construyo el proyecto bicentenario en el Estado de México y a la cual se le otorgo la licitación sin someterla a concurso, un regalo directo del GDF.
El gobierno de la ciudad tiene en mira la zona desde por lo menos hace 18 años, sin embargo al concretarse el proyecto hace 2 los vecinos han exigido un debate público entre el jefe de gobierno acompañado de sus funcionarios, los afectados e investigadores expertos en el tema, para decidir si es viables el proyecto, al no contar con los argumentos legales, sociales y ecológicos, el gobierno del Distrito Federal simplemente se ha negado.
Las futuras generaciones en la Ciudad de México contaran con supervías de cuota, pero no contaran con agua, un líquido vital privatizado ya en los ejidos de San Francisco Tlaltenco al oriente de la ciudad por otro proyecto neoliberal del gobierno de “izquierda” capitalino, la construcción de la línea 12 del metro que al igual que la supervía traerá elevados costos sociales, ecológicos y humanos para los ya de por si expoliados habitantes de esta ciudad que a pesar de todo, no se rinden , se organizan y luchan.
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