La justicia a prueba: reseña del nuevo documental sobre el caso de Mumia Abu-Jamal


x carolina

El sistema de (in)justicia de Estados Unidos queda en el banquillo de los acusados en el nuevo documental sobre el caso de Mumia Abu-Jamal, el periodista africano-americano condenado a muerte por el asesinato del policía Daniel Faulkner en Filadelfia el 9 de diciembre de 1981.

Justice on Trial (La justicia a prueba), dirigido por Kouross Esmaeli de Big Noise Films y producido por la Dra. Johanna Fernández, profesora de Historia en el Colegio Baruch de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), se estrenó en Filadelfia el 21 de septiembre de 2010. A partir del 24 de abril de 2011, el cumpleaños 57 de Mumia, el documental subtitulado en español se estrenará en varios lugares en México.

A casi tres décadas después de su encarcelamiento, en este momento cuando la amenaza de muerte es muy real después de dos adversos dictámenes de la Suprema Corte de Estados Unidos, este documental es un importante recurso para conocer, entender y difundir algunos de los aspectos fundamentales del caso.

Según Big Noise Films, La justicia a prueba presenta el caso de Mumia Abu-Jamal como un “microcosmos de los males endémicos en el sistema penal estadounidense” y “uno de los más importantes casos de derechos civiles de nuestros tiempos”. http://www.bignoisefilms.com/films/tactical-media/114-justice-on-trial

En el programa de Democracy Now del 22 de septiembre de 2010, Johanna Fernández le dice a Amy Goodman que su propósito es presentar “una contra-narrativa a la propaganda de Tigre Hill”, un documental titulado Barrel of a Gun (El cañón del fusil). Su argumento, dice Fernández “es que Mumia fue políticamente motivado en el asesinato del oficial Faulkner por haber sido un integrante del Partido Pantera Negra ––una línea que esencialmente repite la de la fiscalía y la policía. Nuestro filme saca a la luz todas las violaciones constitucionales y de derechos civiles en el caso y demuestra cómo los policías y fiscales, en colaboración con el juez, ocultaron pruebas exculpatorias al jurado”. http://www.democracynow.org/2010/9/22/as_competing_films_offer_differing_views

Entrevistado en el documental, el autor de The Framing of Mumia Abu-Jamal (La incriminación de Mumia Abu-Jamal), J. Patrick O’Connor, dice: “Los integrantes de un jurado entran en la sala del tribunal con la idea de que ahí se hace justicia. Piensan que el juez es honesto y que el fiscal es un buen tipo, y que los policías no mienten. Pero luego sale caso tras caso en que los policías sí hacen trampa, que los jueces actúan con prejuicios, y que los testigos oculares mienten bajo juramento.”

Un breve clip del testimonio de la trabajadora sexual Verónica Jones destaca las tácticas de la policía para amenazar y sobornar a los testigos, y una entrevista con Terri Maurer-Carter revela el racismo del juez Sabo, quien dijo: “Les voy a ayudar a freír el nigger”. La estenógrafa agrega: “Cuando les conté a otras personas la conversación que escuché, nadie arqueó las cejas. Nadie dijo: ¡Dios mío! ¡No dijo esto! Nadie dijo que no me creía”.

El fotógrafo Pedro Polakoff, quien era una de las primeras personas en llegar a la escena del crimen, explica la importancia de sus fotos que demuestran la mala conducta de la policía y unas mentiras de la Fiscalía. Las fotos fueron rechazadas por la Fiscalía de Filadelfia, obviamente porque contradicen las fabricaciones oficiales.

También hay una entrevista con el abogado Jack MacMahon, el autor del video de entrenamiento de la Fiscalía de Filadelfia que instruye a los jóvenes sub fiscales en cómo eliminar a los negros de los jurados. Y la abogada Martha Richards Conley explica más sobre los motivos de la Fiscalía: “La experiencia de los negros con la policía es diferente. Ellos tienden a ser más escépticos con respecto al testimonio de los policías. Entonces si hay más negros en el jurado, no siempre van a automáticamente aceptar todo lo que dice un policía. Creo que los blancos tienen una experiencia muy diferente con la policía en este país”.

En La justicia a prueba, el papel de la prensa comercial se destaca. Linn Washington dice: “En 2000, Amnistía Internacional publicó un informe que dice que el caso no cumple con las normas internacionales para salvaguardar la imparcialidad de los procesos jurídicos. El informe llama a un nuevo juicio. Las personas que viven en Filadelfia no han leído el informe de Amnistía porque cuando salió, el Philadelphia Inquirer lo puso en Página 2, Sección B como una nota informativa de 55 palabras. Prácticamente ningún otro periódico en el país lo cubrió. El Daily News no lo cubrió, tampoco Canal 3, 6, 10 o KYW News Radio. Entonces es como si esta información sobre el caso, que es de acceso fácil en otras partes del mundo, no existiera en Filadelfia”. http://www.amnesty.org/en/library/asset/AMR51/001/2000/en/1555a235-dfd3-11dd-8e17-69926d493233/amr510012000es.pdf

El nuevo documental también señala el papel de la Orden Fraternal de Policía (FOP) para lograr la ejecución de Mumia Abu-Jamal, sus donativos a los jueces, su papel en hacer las carreras de reconocidos políticos (como el gobernador actual de Pensilvania Ed Rendell), su organización de una pandilla en motocicleta para atemorizar a los partidarios de Mumia, su difamación de personalidades que han exigido un nuevo juicio, y su promoción de manera vengativa del sufrimiento de la viuda Maureen Faulkner en aras del desmoronamiento del caso de la Fiscalía ante la corte de la opinión pública.

La justicia a prueba destaca que Maureen Faulkner no tienen un monopolio sobre el sufrimiento. Lydia Wallace Barashango, la hermana de Mumia y dos de sus hijas, Atiya y Goldi, comunican unos aspectos de su vida familiar, el vacío que su ausencia ha provocado en la familia y sus expectativas de tenerlo en casa de nuevo.

La familia y muchos analistas sospechan que el policía Faulkner fue asesinado por Kenneth Freeman, un viejo amigo y socio de negocios del hermano de Mumia, Billy Cook. La presencia de Freeman en la escena del crimen fue ocultada al jurado, igual que la presencia del policía Gary Wakshul, quien desmiente en su informe policial una supuesta confesión de Mumia.

Según Pat O’ Connor, cuando el abogado de Mumia propuso llamara a Waskshul como testigo, el fiscal le dijo al juez: “No sé donde está juez, y aparte, ya es tarde para llamarlo”. Pero Mumia había leído en los documentos oficiales que Wakshul estaba en casa. Mumia se levantó y lo leyó a la corte: “Aquí dice, juez, que no le permiten salir de la ciudad. Está aquí...Yo saldré a buscarlo”. El juez dijo: “Apuesto que te gustaría hacerlo”.

Hay escenas en La justicia a prueba sobre las numerosas investigaciones de la policía de Filadelfia por corrupción y brutalidad, en algunos casos involucrando los mismos oficiales entrenados por el notorio racista Frank Rizzo que fabricaron pruebas en el caso de Mumia.

En un video clip de Fox News, el vocero de la FOP tacha a Rage against the Machine como un “grupo de odio” que ha venido a Filadelfia para abogar por los “asesinos de policías” con canciones como “Bullet in the Head” (Bala en la cabeza). En este caso, sin embargo, Pam África, la jefa del Comité Internacional de Familiares y Amigos de Mumia (ICFFMAJ), está presente para refutar la difamación y explicar que esta canción se trata de los asesinatos de hombres negros por la policía.

La justicia a prueba sólo dedica unos pocos minutos a la historia de la lucha social de Mumia Abu-Jamal como Pantera Negra y simpatizante de MOVE para contrarrestar un segmento de casi una hora en el documental de Tigre Hill que denigra a estas organizaciones como cultos dedicados al crimen y la violencia. Sin embargo, parte del contexto político se retrata en unas frases de Lydia Wallace Barashango: “Los Panteras Negras surgieron de una condición. Esa condición era que nos estaban empujando contra la pared, estábamos maltratados por la policía, baleados en la calle, igual que hoy. Y los Panteras pensaban que podían hacer una diferencia al patrullar a la policía, al observar y anotar nombres y números. Pero por otro lado, no temían los enfrentamientos y eran capaces de impulsarlos”.

También se reproducen varios clips de video con entrevistas a Mumia que van al grano. En una de éstos, él platica de una experiencia que lo empujó hacia los Panteras Negras.
En otro segmento, cuenta unos de los aspectos del trabajo de los Panteras: “Intentamos cada día, 7 días a la semana, amar y servir a nuestro pueblo. Cada día servíamos desayunos calientes y nutritivos a miles de niños y niñas en muchas ciudades. Organizamos campañas para repartir ropa gratis. Tuvimos centros de atención médica gratis en más de una docena de ciudades. Estos son unos de los programas que implementamos cada día o cada semana en 44 centrales en el país”.

Siempre el astuto analista, Mumia dice: “La avalancha derechista pro-policial fue la reacción directa al movimiento del Poder Negro. Frank Rizzo era un político que abiertamente promovió el poder blanco. En un discurso en el Sur de Filadelfia, dijo: ‘Queremos el poder blanco’. Eran sus palabras, no las nuestras.... Frank Rizzo era un paradigma de las cosas por venir. Si observas el país, ves a personas que intentan implementar su política”.

Pat O’Connor habla de la batalla constante de Rizzo y la policía contra la organización MOVE, cuyos integrantes fueron presentados en los medios como “bárbaros”, pero considerados como Mumia como “revolucionarios urbanos dispuestos a enfrentar a un totalitario como Rizzo.” Mumia quedó horrorizado del ataque policial contra la casa colectiva de MOVE en 1978 y la condena de 9 de sus integrantes por matar a un policía con una bala.

Dice: “Estaba sentado en el juicio en mi capacidad oficial de periodista. El ver este tipo de descarada injusticia, me dolió en el fondo de mi alma. Ellos fueron despojados de todos los derechos que supuestamente son garantizados, el derecho a la auto-representación, el derecho de defenderte a ti mismo en tu juicio, todos esos les fueron sumariamente negados. Nunca pensé, ni en mis sueños más descabellados, que yo viviría algo así”.

Pero lo está viviendo.

La agente literaria de Mumia, Frances Goldin, comenta que Mumia ha escrito siete libros desde el corredor de la muerte y que seis de ellos han sido publicados. El narrador Juan González, un viejo colega de Mumia y ahora colaborador con Democracy Now, recalca que “Jamal es más famoso que cuando lo condenaron. Ahora es una figura prominente, un periodista en el corredor de la muerte, que escribe no sólo sobre el sistema carcelario y el sistema jurídico, sino sobre todo tipo de cuestiones políticas y su voz se escucha en todo el mundo”.

Mumia concluye: “¿Qué es lo que me conmueve? Lo que siempre me ha elevado el espíritu es la ola de amor que siento de gente desde todas partes del mundo. En un tiempo y lugar donde uno está más solo en esta vida, he sentido olas de amor y apoyo. Ha sido una de las experiencias más asombrosas de mi vida”.

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