Hace unos años un profesor canadiense en el campo de la cultura popular y educación sacudió al mundo con su aguda observación que “el medio es el mensaje”. Los libros de Marshall McLuhan se encontraban en cada campus universitario, no sólo en los salones de clase, sino en los dormitorios y en las gradas al sol.
Los dos libros principales de McLuhan, Entender los medios de comunicación (1964) y La galaxia Gutenberg (1962), enseñaron a la generación de los años ’60 cómo navegar en los nuevos mundos de la televisión, la radio y el teléfono ––las invenciones que transformaron la vida estadounidense en el punto medio del siglo veinte.
Pero a pesar de la brillantez de McLuhan, la mejor cita viene del juez Learned Hand en un discurso de 1942, donde comentó sobre los medios de una manera que casi nunca ha sido superada. El juez Hand dijo: "La mano que rige la prensa, la radio, la pantalla y la revista con amplia difusión, rige el país”.
Imagínense. ¡Un juez federal dijo eso!
Ahora vemos el creciente escándalo que ha surgido en Inglaterra, donde los magnates de los medios compraron a los policías, hackearon los correos personales de miles de personas ––tanto de príncipes como de proletarios–– e intimidaron a los políticos en los pubs y en el Parlamento.
Los directores de los medios de comunicación —me refiero a las empresas de propiedad privada–– que no son elegidos por voto popular y no tienen que rendir cuentas a nadie sino a los jefes de su compañía, decidieron, esencialmente, quiénes serían elegidos para ocupar cuáles cargos y qué es lo que harían una vez que estaban en poder.
Y claro, presionaron a los políticos a cumplir sus órdenes, porque sus intereses tienen más pesos que el interés público.
Sus intereses eran, y son, el poder y las ganancias.
Para conseguir ambas cosas, cometieron miles de crímenes, invadieron la privacidad de legiones de gente, corrompieron a los policías y los políticos y aprovecharon del secreto para vender periódicos y girar la política hacia la derecha.
Habrá investigaciones en varios continentes, grandes promesas de los políticos para ganar votos y la venta de más periódicos.
Pero a final de cuentas, ¿qué cambiará en una cultura mediática que sirve los intereses de los dueños, y no de la gente?
(c) '11 maj
15 de julio de 2011
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
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