Boletín de prensa Sin Fronteras Las violaciones sistemáticas de derechos humanos contra migrantes siguen vigentes, se suman xenofobia y los crímenes de odio La descomposición social se ha desbocado, la reciente muestra de xenofobia contra la casa del migrante San Juan Diego en Tultitlán, desnuda la indiferencia de nuestras instituciones en la atención del fenómeno migratorio.
El día de hoy se cumple un año de la masacre de migrantes en San Fernando Tamaulipas, a un año de que los familiares de las y los migrantes asesinados exigieran justicia, solo han recibido promesas, palabras huecas por parte de las instituciones responsables de perseguir y encarcelar a los culpables, por el contrario, las violaciones sistemáticas contra los migrantes siguen vigentes, tal es el caso de las pésimas condiciones de detención en las Estaciones Migratorias, las detenciones y deportaciones de cientos de migrantes día con día sin un debido proceso legal; la participación de autoridades policiacas y militares en las labores de control migratorio; los vínculos entre el crimen organizado y las fuerzas policiacas y migratorias, el secuestro, la extorsión y los abusos de migrantes en completa impunidad y sin sanción alguna, la corrupción, la discriminación, el racismo, la falta de acceso a la justicia a las víctimas de secuestro y recientemente, hemos llegado a los crímenes de odio.
A un año de este crimen artero, la descomposición social se ha desbocado, la reciente muestra de xenofobia contra la casa del migrante San Juan Diego en Tultitlán por parte de la población, desnuda la indiferencia de nuestras instituciones en la atención del fenómeno migratorio, se ha reforzado el clima de exclusión social, de discriminación y racismo contra migrantes, se ha favorecido su estigmatización como los culpables de la violencia y diversas problemáticas en las comunidades donde se encuentran albergues o casas de migrantes.
Se ha criminalizado a las y los defensores de migrantes. A un año de horrorizarnos como sociedad por la matanza de estas personas, el estado de persecución continuo que sufre la población migrante en México no ha dejado de cobrar vidas humanas. A un año del peor crimen contra estos seres humanos en México, la realidad actual sugiere la indiferencia y nula voluntad por parte del gobierno mexicano para abrir un diálogo permanente y efectivo con la sociedad civil y demás actores involucrados para la construcción de una política de Estado en materia de migración.
Sin Fronteras hace un llamado a todos los sectores para que juntos construyamos cambios estructurales, mediante el dialogo permanente y efectivo, en busca de una política de Estado en materia de migración que garantice los derechos humanos de las personas migrantes y que fomente el desarrollo de la sociedad.
Martes 23 de agosto de 2011
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