Mayo de 2010: Carta de Ignacio del Valle




Al iniciar a escribir estas líneas, se amontonan mis pensamientos se vuelcan en emoción; por querer hacer presencia ante ustedes, por acercarme y estrechar su mano, imagino su rostro cordial y fraterno y busco entre ustedes a los que se marcharon, pero que aún están ahí porque su memoria los hace presentes; entre ustedes, entre nosotros, entre su pueblo y los miraremos por siempre en el rostro de nuestros pueblos en cada hombre o mujer, que alza su voz en pro de un mundo mejor; porque ese fue su encargo de no rendirnos jamas y el mejor homenaje a su memoria es seguir su ejemplo.

Me permito decirles que aun a pesar de lo desesperante que se presentan los acontecimientos cotidianos en contra de la lucha de otros hermanos que también han sido reprimidos, de los niveles tan graves que ha alcanzado la inseguridad, la falta de empleo, la carestía en lo mas básico para el pueblo; tenemos que mantenernos de pie.»

Sin olvidar en ningún momento a nuestros hermanos a nuestros compañeros presos, a sus familias a los que están ausentes a los que fueron sacrificados (masacrados), a sus padres.

Porque con nada alcanzaríamos a resarcir ni aliviar la perdida y el dolor de esos jóvenes casi niños que nos arrebato la bestia. Que no valen tan solo palabras, porque nada repararía ni alcanzaría para sanar la herida tan profunda que nos ha dejado la soberbia que representa el poder (los dueños del dinero).

Que esto no nos resigne, ni nos haga ceder. Al contrario nos tiene que mantener firmes; pues es un motivo mas que se une a las causas que se vuelven inaguantables, que son los que dan origen a decidir un cambio y no quedarnos en la reflexión y en la evaluación de nuestras acciones, tenemos que pasar a la verdadera participación en la construcción de la organización de unidad mas amplia en donde cada movimiento de lucha no sea aislada, ni desaparecida aceptando dádivas indignas.

Entendiendo que esto no es fácil y que reclama de disposición total y de conciencia a toda prueba. Sin caer en los extremos de protagonismo e indiferencia. Que no se nos olvide que las causas han y siguen siendo las mismas, los que ostentan el poder (los dueños del dinero) sobre los de abajo (el pueblo trabajador).

Que se han adueñado no solo del fruto del trabajo del pueblo trabajador sino de los recursos naturales, que no les importa el deterioro que dejan en el ambiente, mirando únicamente el aumento en sus ganancias. Empobreciendo y dando cauce a los mas terribles aberraciones sociales alcoholismo, prostitución, indigencia, pandillerismo, desempleo, migración, analfabetismo, inseguridad entre tantas otras de represión y muerte pues no les interesa pasar por encima de lo que sea necesario y esta amarga experiencia nos la da la historia y no la debemos olvidar, pues en carne propia ya la experimentamos.

Motivo suficiente para no creer que la solución llegara por obra y buena voluntad por los que nos reprimen, porque eso nunca sucederá. Porque para ellos la buena voluntad es la ganancia en dinero, el arrebato, el engaño y si en su camino su madre representa ganancia sin duda también la venden.

Como dijeron nuestros hermanos zapatistas; a nadie le tenemos que pedir permiso para ser libres.

Que si queremos que cambien las cosas; a nadie mas le corresponde mas que a nosotros y a nadie mas.

No olvidemos que para mantenernos adormecidos, nos dan circo y miedo (represión y muerte).

Tenemos que seguir construyendo la unidad y crear nuestros proyectos de autosuficiencia, en todos los ámbitos por pequeños que parezcan son la base para desarrollar otros de mayor tamaño; y dar inicio ya porque no nos tenemos que quedar tan solo con los buenos deseos de que si se puede, tenemos que arriesgarnos: no importa cuantas veces nos caigamos lo importante es levantarnos y seguir! O si avanzamos lentamente lo interesante esta en no detenerte! Porque la fe se presenta sin rumbo y necesita quien la guíe!

Porque la realidad es que tenemos lo mas importante; la conciencia, la que nos da lo que otros han perdido en las primeras batallas, la que nos obliga a continuar la marcha.

Porque no tenemos que dormirnos en la contemplación de nuestros heridos y desatinos ni conmiserarnos ante nadie.

Porque la vida no se detiene y menos aún en las manos por las que han luchado por ella! Por esas manos que se volvieron banderas de esperanza y agitaran corazones libertarios!

Tenemos los materiales necesarios para construir amaneceres de luz y libertad.

Porque ningún camino nos llevará a donde queremos llegar si no lo recorremos, y nosotros ya lo recorrimos a través de nuestros abuelos; porque somos el ayer y el presente de nuestros nietos.

Bajar banderas sería un horror, y mantenerlas levantadas es mantenernos en el camino correcto.

Que nuestra memoria de lo acontecido, no se quede en tan solo un acto pasivo y de contemplación, o en un homenaje de dolor y de tristeza: al contrario nos coloque en el camino de lucha y unidad, de evaluación y reflexión crítica y sobre todo de participación.

Que el verdadero enemigo es el sistema que nos hace depender a sus intereses, administrando nuestras vidas con dádivas míseras e indignas, represión y muerte; cambia a nuestros hermanos en contra de su pueblo, aplicando artimañas vergonzosas he inmorales (divide y controlaras, al perro un hueso y se callara, el que paga manda, y le ponen precio a tu voluntad).

Nos vuelve criminales y nos aplica su ley infranqueable, a toda luz nos persigue, nos mata, nos desaparece, nos despoja.

Es demasiado extenso enumerar los agravios al pueblo.
Ellos ricos de dinero y de poder – nosotros llenos de miseria
Ellos dizque nos representan – nosotros los agachados
Ellos los patrones – nosotros los asalariados (explotados)
Ellos los de arriba – nosotros los de abajo
Ellos los represores – nosotros los reprimidos
Ellos extrema riqueza – nosotros extrema pobreza
Ellos zánganos – nosotros los obreros
Ellos hacen las guerras – nosotros carne de cañón
Ellos las instituciones – nosotros carne de presidio, los perseguidos
Nosotros los masacrados y desaparecidos – ellos los asesinos!
Nosotros los rebeldes, los que resistimos, los que no nos resignamos, los que no olvidamos!
No se cuantas leyes tenga la dialéctica pero una de ellas habla de la unidad y lucha de contrarios que a fin de cuentas es un ciclo que da paso a otro en donde prevalezca, la equidad, el equilibrio, basado en el respeto legitimo y natural concepto primordial de convivencia entre seres llamados humanos. Sin lugar a duda nos ha tocado cosechar lo que otros han sembrado y hoy nos toca continuar sembrar y cultivar la semilla de la vida.
Manjar que guarda la eterna luz que florecerá en el alba ante el despertar de otras generaciones.

A ustedes compañeros todos (as) que han estado con nosotros y nos han traído de su pan, de su mano el apoyo que han hecho suyo nuestro dolor y rabia. A ustedes todos (as) nuestra gratitud por siempre, por su auxilio, por sus enseñanzas de seguir la marcha, por conseguir lo que no es tuyo ni mio, lo que pertenece a todos, a los de aquí a los de allá, a los de ayer a los de hoy a los que llegarán mañana, para que no sea bruma, ni incierta su llegada, sin grilletes ni vendas en los ojos, ni amargura en su corazón.

Ya es tiempo de hacer lo que consideramos, sin pedir permiso a nada. Ya es tiempo de hacer lo que consideramos hacer sin pedirle permiso a nada ni a nadie porque nadie hará lo que a cada quien le corresponde hacer, reflexionemos, evaluemos, propongamos, decidamos pero ya iniciemos o continuemos; que la certeza llegara cuando tus deseos dejen de ser palabras y se conviertan en acciones.

A todos (as) hermanos (as) que luchan por su derecho en otros lugares, en la colonia, en la escuela, en la mina, en la fabrica, en su despido laboral injustificado, en la selva en el exilio a todos (as) los que resisten luchando por el respeto a una vida digna y condecoro va un fuerte abrazo fraterno y de lucha sin tregua.

A unir y decidir ese cambio para todos a través de la unidad, local, regional, nacional, internacional, porque las crisis no las sufren los que las propician; porque es cuando aumentan sus ganancias y cuando mas jugo le sacan al dolor del pueblo.

¡¿Qué les puedo decir de dolor y de miseria?! Es como si preguntáramos de tristeza en un velorio! O que habláramos de asfixia estando sumergidos en el agua!

Los exhorto a que nos reunamos y expongamos nuestros puntos de vista en el quehacer para verdaderamente incidir en la unidad y el fortalecimiento de un proyecto de nación y trabajar en lo que coincidimos y en lo que no coincidimos respetarnos.

No te pido que luches por mi, pero si te pido que luches por ti, que si lo haces, es posible que tu lucha se extienda a los demás! Y sin duda en ese camino me encontrarás!

Tampoco te pido que seas como yo, o que imites lo que yo hago, decídete he inicia lo que consideres, que el sabor del fruto de tu esfuerzo te aconsejara cuando debas cosechar!

Que tu credo no se base en lo que otros dicen, que sea lo que tus fracasos o aciertos te hallan enseñado! Así no tendrás que depender de nadie porque tu seras dueño absoluto de tus actos.

Porque la vida es lucha constante ininterrumpida, ejercicio interminable del corazón; que trasciende a la misma muerte y aun así existe; nuestro espíritu el decidir, el atreverse solo esta en ti; porque cuando no se quiere aunque te empujen; no lo harás!

Porque cada quien decide el camino que quiere andar; aunque este no nos lleve a ningún lugar!

Los días buenos llegarán llenos de luz no porque sea natural; sino porque se unieron muchos cantos para levantar al sol, eso si es extraordinario y sin duda natural!

¡Porque aquí, allá tu lucha seguirá! ¡Porque esto ya comenzó y nadie lo va a parar! ¡Porque la tierra no se vende, se ama y se defiende! ¡Ni la sangre de los abuelos esta a la venta! ¡Métele a la marcha, métele al tambor, métele que traigo un pueblo en mi voz!

Métele a la marcha, métele al tambor, métele que traigo la revolución! Y en mi puño mi machete que en su filo hace que brille el sol! Zapata vive la lucha sigue! ¡Ni la distancia, ni el tiempo nos separan! ¡Porque de ese mismo tamaño es el miedo que nos tienen!

Saludos a todos todas quien no los olvida
¡Ni perdón, ni olvido!

Ignacio del Valle

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