por Mumia Abu-Jamal
En el Parque Zucotti en el sur de Manhattan (bautizado “La Plaza de 
la Libertad” por los manifestantes), el reparto de miles de actores 
crece en una rebelión contra la alevosía de los bancos, la implacable 
avaricia de Wall Street, la plaga del desempleo y el rastrero servilismo
 de la clase política ––tanto del partido republicano como del 
demócrata–– ante sus amos adinerados.
En breve, el enfoque central de la protesta es el capitalismo –la 
avaricia escrita en grande, especialmente desde el tropezón económico de
 2008.
Iniciada principalmente por jóvenes sin empleo, la ocupación ha 
atraído la presencia y apoyo de trabajadores públicos, estudiantes, 
maestros, la juventud urbana,  y un buen número de personas de cabello 
canoso.
El descontento social es tan generalizado que se extiende como un 
reguero de pólvora. Primero Wall Street, y unos días después, Boston, 
Baltimore, Filadelfia, Los Ángeles, y más.
Las manifestaciones brotan como hongos después de una tormenta en 
protesta contra el capitalismo de amigotes auspiciado por los vendidos 
profesionales llamados políticos.
Ellos caen sobre Wall Street como vampiros en un banco de sangre para
 chupar la vida de un movimiento que podría amenazar su monopolio de 
poder. El único interés que los políticos tienen en este movimiento es 
explotarlo y debilitarlo mientras siguen sirviendo a los propios amos 
que los manifestantes oponen.
Los políticos que realmente están en contra del poder financiero de 
Wall Street, los puedes contar en los dedos de una sola mano y te sobran
 unos dedos.
El abolicionista John Brown, tal vez el revolucionario blanco más 
importante en la historia de Estados Unidos, les tuvo poco respeto a los
 políticos. Le dijo a su familia: “Nunca ha sido posible confiar en un 
político profesional porque aún si una vez tuviera convicciones, siempre
 estaría dispuesto  a vender sus principios por beneficio propio”.
Piénsenlo bien. Ahora piensen en cada político que conocen.  ¿Me entienden?
Lo que estamos viendo es el poder popular, impulsado en parte por las
 masivas protestas en Cairo y Wisconsin. Otros factores detonantes son 
la injusticia de la ejecución de Troy Davis, la agresión contra varios 
manifestantes por los policías de Nueva York, la represión contra los 
pobres y la clase trabajadora por la clase política, y el descontento 
sobre los largos años desperdiciados en guerras injustificables contra 
otros países.
Surge el poder del pueblo.
Que siga siendo suyo.
Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal.
[Fuentes: DuBois, W. E. B., John Brown: A Biography. 
(Armonk,NY/London:M. E. Sharpe, 1997  p.83.; Wells, Robert, Passing 
Through to the Territory (Novela histórica que extiende la vida y 
tiempos de  Huck Finn, Jim— ¡y John Brown!, de próxima publicación, ca. 
2011-12, p.224 ms.)]
(c) ’11maj
7 de octubre de 2011
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
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