CUENTOS E HISTORIAS PARA LA TERNURA

CUENTOS E HISTORIAS PARA LA TERNURA
La historia de este día lunes 23 de julio del 2012
Por Cuauhtémoc Rivera.

Estimadas amigas y amigos, les envío este día la crónica que he elaborado sobre la Marcha del día de ayer en la Ciudad de México en contra de la imposición de Peña Nieto. espero que les guste así como sus comentarios. Un abrazo

LOS NECIOS. 
Crónica de la Marcha Contra la Imposición de Peña Nieto. Domingo 22 de julio del 2012.

Sabina, Celia y yo salimos del Metro Auditorio a las 13.20 horas. Buscamos incorporarnos a la Marcha Contra la Imposición de Peña Nieto. Acostumbrados a la tardanza en la salida de las marchas, llegamos bastante tarde de la hora señalada.
Nos sorprendimos cuando la niña de los dulces nos informó “Uuuhh, ya pasaron hace como media hora”. Y entonces, pues a caminar sobre la Avenida Reforma. Ahí íbamos prácticamente marchando decenas y decenas de personas que habíamos llegado tarde. Fue muy gratificante encontrar a familias enteras asistiendo a esta Marcha. Hombres y mujeres de edad con sus hijas e hijos portando carteles en contra de la imposición del narcopolítico de Peña Nieto. Muchachas y muchachos elaborando carteles con cartulinas y marcadores, con alegría, entusiasmo y disposición a oponerse a quienes hoy quieren ejecutar una burla más a la sociedad mexicana.
En la entrada al Bosque de Chapultepec le pregunto a un policía “Usted sabe por donde andarán los de la marcha”, y muy atento me indica “Unos siguen en el Ángel de la Independencia y otros, están en Avenida Juárez y otros ya están en el Zócalo”. ¡Orale, muy bien!. Caminado de prisa, llegamos a la Columna del Ángela de la Independencia a las 13.45 horas, del lado poniente del monumento se ven familias con cartulinas en contra de la Imposición, subimos las escalinatas y al llegar a la parte alta nos encontramos con las estatuas de la “Justicia” y de la “Independencia” cubiertas con bolsas negras de plástico por el luto del fraude electoral. Y desde ahí se puede mirar el río de gente que corre en continuo caminar por Paseo de la Reforma hasta el Zócalo. Una vez más, por tres domingos consecutivos, miles y miles de niñas, niños, jóvenes, jóvenas, madres, padres, abuelas, abuelos, gays, estudiantes, oficinistas, amas de casa, desempleados y muchos y muchas más nos encontramos ahí de PINCHES NECIOS, diría Silvio Rodríguez.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
Yo no se lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.

Y ahí vamos los necios. Miles de chavos y chavas gritando su encabronamiento, hombre y mujeres que gritan con sus carteles su amor a este país, ancianas y ancianos poniendo el ejemplo de amor por lo que les heredaros sus padres y abuelos y lo que estos le quieren heredar a sus hijos, a sus nietos, a sus bisnietos; un país libre, con justicia, dignidad y democracia.
Un hombre pasa por la calle anunciando que tal vez hubo confusión en el punto de salida de la Marcha, que habían salido de Los Pinos algunas personas, que otras del Auditorio Nacional, que otras más de La Columna de la Independencia y otras del Museo de Antropología y otras más de la fuente de Paseo de la Reforma y Avenida Juárez, y miles más, desde las 11 de la mañana ya esperaban en el Zócalo de la Ciudad de México. Muchos aplauden y la caminata continúa.
A las 14.15 horas ya estamos en el Monumento a Cuauhtémoc de Paseo de la Reforma y Avenida Insurgentes, a las 14.20 en el Monumento a Cristóbal Colón, ahí muchachas y muchachos elaboran carteles con plantillas de plástico y spray de colores. Pintan en cartulinas y en brazos de hombres y mujeres. Hay alegría, entusiasmo, creatividad, no hay ambiente de derrota.
A as 14.25 ya estamos frente al enorme hotel Melía de Paseo de la Reforma y ahí la Marcha se vuelve más y más lenta. Los contingentas son muy numerosos y compactos. Los muchachos y muchachas de la UNAM del Colegio de Ciencias y Humanidades de Azcapotzalco gritan, bailan corean, sonríen: ¡Fraude, Fraude, Fraude, Fraude! Ondean cientos de banderas tricolores con el águila posada en el nopal y devorando a la serpiente. Ahí están también las banderas azul y oro de la UNAM con el logo #Yo Soy 132.
Y pasos adelante está un contingente de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, quienes corean el Huelum y cuando concluyen, todos los estudiantes voltean hacia las instalaciones de ese periódico tan nefasto que es el mentado Excelsior, y con el índice de la mano señalan hacia al edificio y corean ¡Esos son, esos son, los que chingan a la Nación!!. Igualito que en 1968.
A unos pasos me encuentro a Juan, activista de la izquierda de hace décadas y sonriente me pregunta “¿Cuántos seremos hoy?”, y yo le digo, “No sé, pero de seguro somos un chingo” y él agrega “Un chingo y un poco más” y sonríe. Ahora la gente camina y grita ¡Detrás del copetón, está el pinche pelón!, otros sonriendo corean ¡Peña, culero, tu me hiciste grosero! ¡Que no te eduque la Rosa de Guadalupe! Refiriéndose a la telenovela de Televisa.
El tramo de Paseo de la Reforma al Zócalo es muy lento, son miles los que estamos ahí. En la fuente de Paseo de la Reforma y avenida Juárez hay cientos de personas reunidas, con tambores, cantos y entusiasmo. Nosotros nos detenemos una cuadra adelante para descansar unos minutos. Ahí se acerca a mi una mujer morena, con un vestido blanco impecable, un sueter del mismo color y zapatos albos. Ella me dice “Estos rateros nos lo quieren volver a hacer. Ya ve lo que nos hicieron hace seis años, bueno, hoy nos están robando peor. Y ese vendido del IFE, el ratero del IFE que salió a decir que Peña iba ganado para engañar al país. Ese bigotón se está haciendo rico a costillas del pueblo, y el tribunal, otros bandidos, son de Peña. Yo estuve de representante de AMLO en una casilla, y también estuve ahí hace seis años, siempre estoy en esto porque no quiero que el PRI y todos los rateros nos sigan fregando”. La mujer guarda silencio unos segundos y continúa “Hasta me dan ganas de llorar, pero no le hace, aquí estoy, ya estoy vieja, tengo ochenta años y seguiré hasta donde pueda”. Ella se llama Aurelia y y para concluir me dice ”Quiero ir a una reunión de los muchachos del 132 para decirles que nos convoquen a una marcha de puros de la tercera edad, para que vean que nosotros también podemos cambiar esto”. Yo la veo, me conmuevo, y solamente acierto a decirle “Gracias por sus palabras y el ejemplo que nos regala”.
A las 15 horas me encuentro a Alma, antigua compañera del grupo de activistas de la Preparatoria 9 de la UNAM, ahí está ella con sus dos hijos, portando sus carteles “IFE COBARDE CORRIGE EL PINCHE FRAUDE”. La veo y la recuerdo peleando contra el porrismo, sigue de necia, veo a sus hijos y veo a mi hija que va de la mano de mi nieta. Los mismos necios, ahora con nuevos necios.
Estamos platicando los seis cuando Celia nos advierte: “Miren a ese tipo, el moreno de pelo corto, nos está gritando a los de la marcha que somos unos acarreados”. Yo atravieso la calle y le tomo una foto y una chava le toma video y nos dice “Retrátame, no te tengo miedo, chinguen a su madre”. Es cuando uno de los marchistas interviene y le dice “Vete de aquí, no estés provocando” y el provocador, moreno, bajo de estatura, robusto y con corte de pelo a casquete corto agrede nuevamente con su palabra “pinches acarreados”. Es entonces cuando una señora de la marcha grita “!Vamos a romperle la madre!” pero no acaba de decir eso cuando ya hay varias mujeres y hombres gritando “No a la violencia, déjenlo que se vaya” y empieza el “¡Fuera, fuera, fuera!”, pero el hombre sigue en lo suyo hasta que le hacen un circulo que lo va aislando. Segundos después aparece otro hombre, también moreno pero este de estatura alta, igualmente con rape a casquete corto y ahora con cachucha negra, gritando lo mismo a los marchistas. Aparecen hoy los provocadores, no hay duda.
Seguimos la marcha y ahí por el Hemiciclo a Juárez, Sabina observa que una señora y una jovena hacen su cartél, y a ella se le ocurre hacer el suyo. Se acuesta en plena avenida Juárez y con su letra de cuatro años de edad traza “YO NO QUIERO A PEÑA DE PRESIDENTE”. Después pide que la cargue en hombros y vamos caminando por la avenida y ella mostrando sus letras.
En Juárez y el Eje Central me encuentro con Jesús, experimentado marchista sesentayochero que no pierde el entusiasmo “¿Cómo la ves? ¡Esta bien grande esta marcha!!” me pregunta y se responde. “Ya tengo una consigna, mira”, y empieza a corear “Esto no termina, apenas empieza la lucha contra el fraude y la justicia” y la gente le sigue coreando su consiga. Él sonríe y me dice “Tengo que hacer una más corta, porque esta está muy larga”. Sigue de necio.
En este tramo del Eje Central a la plancha del Zócalo el caminar es mucho más lento y compacto, y es que cientos de personas vamos hacia el Zócalo, pero también cientos de ellas ya van de regreso. Jesús lo advierte y les pregunta “¿Qué ustedes ya van de regreso?” y varias de ellas sonriendo le contestan que sí.
En esta calle las consignas suenan muy fuerte, los coros se encierran en la estrecha calle y la marcha se vuelve muy emotiva. Nuevamente los gritos en contra el fraude electoral, contra Televisa, contra Peña Nieto y el PRI. Miles y miles siguen el caminar, siguen con su entusiasmo, con su esperanza, con su necedad de un México con justicia, democracia, libertad y dignidad.
A las 16.20 horas llegamos a la entrada del Zócalo por la calle de Madero, como es costumbre, decenas de personas están ahí esperando a los contingentes entrantes, les aplauden, les acompañan, les agradecen que estén aquí. Llego al Zócalo con mis dos hermanos y de la mano de Sabina y al lado de Celia. Momentos después Mariana y Julián nos contarán que ellos se incorporaron a la Marcha en el Museo de Antropología a las 11.30 horas de la mañana y que al llegar al Ángel de la Independencia había mucha gente esperando la marcha y ya había salido antes un contingente hacia el Zócalo. Y Ximena y Juan nos contaron también que ellos participaron en el contingente de la Facultad de Filosofía y Letras, de la UNAM, que se citaron en la explanada del Auditorio Nacional y que a eso de las 11.30 horas ya eran muchos y decidieron no irse a Los Pinos, sino ya marchar hacia el Zócalo. Así pues, la Marcha salió de diversos puntos, unió a decenas de miles, sin ningún político profesional, sin ningún acarreado, miles y miles de niños, niñas, jóvenes, jovenas, mujeres, hombres, padres, madres, abuelas, abuelos, gays, punks, estudiantes, oficinistas, trabajadores, desempleados, en fin, mexicanos y mexicanas que seguimos necios en parar la imposición de un narcopolítico, decidido por los Estados Unidos y manipulado por las narcotelevisoras, y el NarcoPRI.
Seguimos de necios, y como dice Jesús, “Esto no se acaba”, porque como dicen las letras de mi nieta Sabina: “YO NO QUIERO A PEÑA DE PRESIDENTE”. 

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